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Rosa quería pasar unos días por el pueblo. Así que aproveché la oportunidad para intentar poner en práctica una idea que tenía en la cabeza desde hace unos años: unir Marbella y Romangordo en bicicleta. El miércoles repasé la mecánica de mi fiel Giant, poca cosa: limpiar, engrasar, cambiar una cubierta, luces, reflectantes y poco más. Pedro me dejó un portabultos y un maletín. Meter repuestos, herramientas, ropa de ciclismo, ropa de vestir para ir a cenar, cosas de aseo, cámara, etc... Imprimí la ruta ¡¡¡ NUEVE FOLIOS!!! y cogí algunas barritas. Fue un día algo liado, mal comer, poco descansar y a dormir. El Jueves me levanté temprano, día nublado y amenazando lluvia. No había vuelta atrás, antes de las 9 am. estaba en la bici, pasar por Marbella, sacar dinero y buscar las primeras cuestas. La Giant parecía una bici de "spinning", iba rara con el peso extra. El cuentakilómetros dejó de funcionar bien a la hora de viaje, el soporte de la cámara se volvió a romper y yo, a la hora y media escasa, con sensaciones de que no tenía fuerzas ¿¿¿????. Mal empezaba todo. A recordar "rum rum", la "voz de Rosa" me decía que tenía que comer algo. Alguna barrita, bajar ritmo y esperar. Las fuerzas volvieron y los kms. fueron pasando. Dejaba nubes y malas sensaciones. Llegaban preciosos paisajes y ganas de pedalear. Entraba en la provincia de Sevilla, la huelga hizo que casi todos los pueblos parecieran desiertos. Dos botes y casi cinco horas de pedaleo, la sed llamaba a mi puerta. Largas rectas, sol y soledad. Una gasolinera cerrada, una máquina de refrescos y un solo euro en mi bolsillo....suficiente para una lata y para buscar un grifo ¡¡eureka!!. A las cinco de la tarde encontré una gasolinera abierta, llegó la hora de comer y beber. Disfruté mucho de esa tarde de pedaleo. El atardecer me trajo compañía, mi sombra se unió a este viaje. La noche caía, llegué a Azuaga, casi 300 kms., por hoy estaba bien. Un hostal, buen rincón donde dejar mi Giant y pasar la noche. Tras una merecida ducha, cambiarme de ropa y a cenar. Lo hice en un "chino", cosas de la huelga, "aloz" y más "aloz", hay que hacerle caso a la nutricionista, je je. Me levanté temprano, tal vez demasiado. Salí de noche, no veía nada, una pobre linterna era mi foco. Por fin, el sol empezó a brillar, ¡¡¡que bonito!!!, mucho frío, pero imágenes imborrables. Pronto surgieron los primeros problemas con la ruta, la carretera que me debía llevar hasta La Guarda estaba cortada por obras. Kilómetros de más. Pero aún se torció más la cosa, tocó hacer "ciclocross", más de quince kms., temí pinchar, por fortuna no sucedió. Más contratiempos, no llevaba mapa de carreteras, solo mis folios impresos, me hice un lío en Villanueva de la Serena y me regalé unas cuantas pedaladas más, demasiadas. Desliado el lío, volví a situarme. Autovía dirección Trujillo, sin duda el tramo más incómodo. Circular por carreteras secundarias es mucho más bonito. ¡Que poco quedaba!, dejar la autovía dirección Jaraicejo. Últimos pueblos, también últimos puertos. De pronto....¡¡UN CICLISTA", bueno ¡¡UNA CICLISTA!!!, era Rosa quien había decidido salir a mi encuentro desde Romangordo. Bonito detalle. Últimos kilómetros en la mejor compañía, risas, hablar del viaje y casi sin quererlo, primeras vistas de Romangordo. Podía verlo y, casi, olerlo. Ya estaba allí. Cumplido un sueño. Un beso y una foto. El viaje empezó el Jueves a las 09:00 am, llegué el Viernes pasadas las 17:00 h., unos 540 kilómetros. Experiencia totalmente recomendable. He disfrutado y aprovechado cada uno de esos kms. Nuevas experiencias que me ayudaran para la próxima idea que "de vueltas en mi cabeza"... ¿Podría ser Tourmalet - Marbella?....¡¡podría ser!!